Esperanza: mirar hacia adelante con deseo y una confianza razonable.
Mi mujer detesta levantar pesas. Aunque le gusta hacer ejercicio, enseguida se lamenta de que “las pesas son pesadas”. Como tantos otros, los acontecimientos de 2020 provocaron una fuerte alteración de los procesos profesionales y personales, lo que provocó un desequilibrio caótico en las rutinas de la vida.
El 2021 sería diferente. Al fin y al cabo, tenía que serlo; tenía que serlo. En un acto sorprendente y emocionante, mi mujer desafió a la multitud de asistentes al gimnasio “Año nuevo, persona nueva” y entró en una sala de levantamiento de pesas el primer lunes del nuevo año. El reloj de la pared marcaba poco después de las 5 de la mañana. Qué asco. Hacía frío, era temprano y estaba ocupado… pero ella estaba allí para levantar… aunque las pesas fueran pesadas.
¿Por qué importa esto? Porque este pequeño momento de entrar en una situación difícil en un momento difícil en una temporada difícil representa algo que muchos encontraron difícil en 2020… la esperanza.
Mientras seguimos avanzando en un nuevo año, veo destellos de esperanza. La pandemia no ha terminado y, lamentablemente, no hemos visto la última víctima de un virus que ha diezmado nuestras rutinas diarias. Seguimos llevando máscaras, continuamos manteniendo una distancia social, aun tomamos todas las medidas necesarias para garantizar la seguridad de los que nos rodean. Y, sin embargo, de forma lenta pero segura, vemos que las vacunas se administran y las pruebas están más disponibles que nunca. Se puede encontrar mucha esperanza si decidimos buscar.
Hablando de esperanza, escuchen lo que dice Pablo en Efesios 1:18:
“Pido también que les sean iluminados los ojos del corazón para que sepan a qué esperanza él los ha llamado, cuál es la riqueza de su gloriosa herencia entre los santos”
Al meditar en este versículo hay tres aspectos sobre la esperanza que observo:
1. La esperanza no es inalcanzable
El versículo 18 marca un punto de inflexión para Pablo en el capítulo uno. Mientras que los diecisiete versículos anteriores se centran en la sabiduría y la revelación, este versículo se enfoca en la Iluminación y el Conocimiento. Para Pablo es importante que sus lectores comprendan que pueden vivir con esperanza gracias a Jesús. Esto establece otra observación importante.
2. La esperanza se encuentra al seguir a Jesús
Uno de los propósitos del escrito de Pablo es animar a un grupo de creyentes que caminaban en un clima social y político difícil. Muchos en la iglesia se encontraron con una nueva forma de vida y estaban tratando de darle sentido. Independientemente de su ocupación, su familia o su origen racial, Pablo quería que sus lectores fijaran sus ojos en Jesús y en su muerte sacrificial en la cruz. Hacerlo permitía que sus corazones se llenaran de esperanza y hacía que la vida fuera algo más que manejable, sino que ofrecía propósito, paz y satisfacción.
3. La esperanza no está condicionada por las circunstancias de la vida
Siempre hay un objetivo mayor. Para el creyente existe una promesa de vida en la presencia de Jesús. En su presencia toda lágrima será enjugada, no habrá más muerte, ni llanto, ni lamento, ni dolor (Apocalipsis 21:4). Vivir con este fin en mente permite a cualquier creyente mirar más allá de las circunstancias de la vida porque nuestra mejor vida está aún por vivir.
¿Y tú? La palabra “esperanzado”, ¿describe tu visión actual de la vida? Si no es así, puede ser por varias razones. Puede ser que tu esperanza esté puesta en algo equivocado. Los seres humanos a menudo eligen encontrar esperanza en una relación, una carrera o un estatus particular y puede que estos umbrales hayan sido puestos a prueba hasta el punto de ruptura. Después de todo, ¿cómo encontrar esperanza cuando el trabajo de tus sueños te es arrebatado repentina y salvajemente?
Creo que se puede tener esperanza. Creo que es alcanzable justo donde estás en medio de tu condición actual, y creo que la esperanza puede transformar drásticamente tu visión del mundo… incluso si los pesos son pesados.