Devocional

Dios comparte con nosotros, sus discípulos, un mandamiento importante en Romanos 12:11. La Biblia dice: “Nunca dejen de ser diligentes; antes bien, sirvan al Señor con el fervor que da el Espíritu”. ¿Alguna vez has sentido que no eres diligente? Aquí Pablo está hablando acerca de sentirte lento en tu relación con Dios. Está describiendo un sentimiento de pereza, una falta de deseo. ¿Sientes a veces que tu espíritu no es ferviente? La palabra ferviente aquí se traduce mejor como “hirviendo“. ¿Sientes a veces que tu espíritu es más como agua estancada? Veamos hoy cómo nosotros, como seguidores de Dios, podemos despertar nuestros sentimientos por el Señor. Hagamos espacio para que Dios ponga fuego en cualquier área de nuestra vida espiritual que se sienta estancada para que pueda hervir en él.

Lo fundamental para comprender Romanos 12:11 es saber que Dios nunca te pedirá que hagas algo o que seas algo sin su ayuda. Nunca estás solo en tu crecimiento espiritual. Tu trabajo es simplemente crear un espacio en tu corazón para que Dios lo moldee y le dé forma. Tu trabajo es comprometerte con él y dejar que el Espíritu te enseñe, te guíe y te llene. Tu Padre celestial está cerca de ti. Él tiene un plan perfecto para guiarte hacia el crecimiento espiritual y el fervor. Entonces, a la luz de esa comprensión, ¿cómo puedes comprometerte con Dios y permitirle que te moldee y te convierta en una persona de mayor fervor y celo?

El Salmo 19:7 dice: “La ley del Señor es perfecta: infunde nuevo aliento. El mandato del Señor es digno de confianza: da sabiduría al sencillo”. Y el Salmo 19:8 dice: “Los preceptos del Señor son rectos: traen alegría al corazón. El mandamiento del Señor es claro: da luz a los ojos”. La Biblia aclara que, para ser celoso y ferviente en tu servicio a Dios, debes pasar tiempo permitiendo que su palabra encienda tu fuego espiritual. Destinar tiempo para leer sobre las profundidades del amor de Dios por su pueblo, sobre hasta dónde él irá por ti como su hijo, y sobre los ejemplos de vidas fortalecidas por el Espíritu, seguramente te llenará de pasión y entusiasmo. Cuando pasas tiempo en la palabra de Dios, no solo estás leyendo historias increíbles, sino que también estás escuchando la voz de tu Padre celestial que está vivo y activo. Pasa tiempo con su palabra permitiendo que la voz de Dios dirija tu alma a encontrar su descanso y pasión en él.

Cuando pasas tiempo con Dios, naturalmente te llenas de deseo y pasión por servirle. Reflexiona por un momento sobre lo diferente que te sientes cuando estás inflamado de pasión y cuando te sientes perezoso. Tienes el poder de elegir cómo vivirás la vida todos los días. Tienes la opción de comprometerte con Dios, leer su palabra, pasar tiempo en su presencia y permitirle moldearte. También tienes el poder de vivir una vida sin pasión. La decisión es tuya. Pero debes saber que Dios es fiel para llenarte con su Espíritu todos los días si le das espacio para que lo haga. Él tiene una gracia total para los tiempos en que te sientes lento; y al mismo tiempo, tiene un plan perfecto para sacarte de ese estado para que seas “ferviente en espíritu”. Comprométete con Dios hoy en oración. Medita en su palabra. Deja que te llene con el poder y la unción de su Espíritu Santo.

La versión TLA traduce Romanos 12:11 diciendo: “Trabajen con mucho ánimo, y no sean perezosos. Trabajen para Dios con mucho entusiasmo”. Que hoy puedas experimentar la vida de una persona con ánimo y entusiasmo por el amor y la guía de Dios.