Últimamente mi ansiedad está en su punto más alto. Toda mi vida he tenido que lidiar con la ansiedad, incluso cuando era niña. Creo que algunas personas son neurológicamente más propensas a la ansiedad, yo soy una de ellas. A pesar de que ésto, creo que Dios quiere caminar con nosotros a través de ella y dotarnos de la verdad para calmar nuestras mentes ansiosas. Y por eso, no estoy lista para tirar la toalla y decir que esto es así. Creo que Dios tiene más para nosotros, más de la vida para ti y para mí.

Jesús nos promete en Juan 10:10 que ha venido a traernos la vida en plenitud: “El ladrón sólo viene a robar, matar y destruir. Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia”. Y con la ayuda de Dios, no creo que tengamos que conformarnos. A menudo mi ansiedad saca lo mejor de mí, dejándome tambaleante, temerosa y llena de miedo. Mi mente queda atrapada en un bucle de ansiedad, dando vueltas y vueltas a escenarios que sucedieron en mi pasado o estresándose por cosas que quizás nunca sucedan.

¿Te sientes identificado?

Amigo, hay esperanza para nosotros. La palabra de Dios está llena de palabras de aliento, de consuelo y de verdades aplicables para nosotros en nuestros momentos más ansiosos. Y no tenemos que pasar por ello solos. Te animo a que apuntes estas verdades en tu corazón para que puedas volver a ellas una y otra vez. Repítelas para ti mismo y permite que el Espíritu de Dios impregne tu corazón ansioso con su paz duradera y abundante.

  1. Dios nos da su paz. No tenemos que fabricar la nuestra.

“La paz os dejo, mi paz os doy. No os la doy como la da el mundo. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo”. –Juan 14:27

  1. Echad vuestra ansiedad en Dios porque se preocupa por vosotros.

“Humíllense, pues, bajo la poderosa mano de Dios para que en el momento oportuno él los exalte, echando todas sus ansias sobre él, porque él se preocupa por ustedes.” –1 Pedro 5:6-7

  1. No tienes que entender tus circunstancias para tener paz.

“Por nada estéis afanosos, sino que en todo, con oración y ruego, con acción de gracias, presentéis vuestras peticiones a Dios. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.” –Filipenses 4:6-7

  1. Dios no te deja sin poder.

“Porque Dios no nos dio un espíritu de temor, sino de poder, de amor y de dominio propio”. –2 Timoteo 1:7

  1. Dios está contigo, fortaleciéndote y sosteniéndote él mismo.

“No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios; te fortaleceré, te ayudaré, te sostendré con mi justa diestra.” –Isaías 41:10

  1. Recuérdate a ti mismo la Buena Nueva. Tiene la capacidad de levantar tu ánimo y aligerar tu carga.

“La ansiedad en el corazón del hombre lo agobia, pero la buena palabra lo alegra”. –Proverbios 12:25

  1. Toma la vida un día a la vez.

“Por tanto, no te preocupes por el día de mañana, porque el día de mañana se preocupará por sí mismo. Basta con que el día se preocupe por sí mismo”. Mateo 6:34

  1. El consuelo de Dios produce alegría en nuestros pesados corazones.

“Cuando las preocupaciones de mi corazón son muchas, tus consuelos alegran mi alma”. –Salmo 94:19

  1. Dios hace un camino para ti. No estás solo.

“El Señor va delante de ti. Él estará contigo; no te dejará ni te abandonará. No temas ni te desanimes”. –Deuteronomio 31:8

  1. Jesús nos ofrece el verdadero descanso para nuestras almas.

“Venid a mí todos los que estáis fatigados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es fácil y mi carga es ligera”. –Mateo 11:28-30

Dios se preocupa profundamente por tu corazón atribulado. Te invita a un lugar de paz y confianza, donde él es quien lleva tus cargas. Aunque la ansiedad puede ser siempre un lugar de lucha a este lado del cielo, Dios no guarda silencio sobre el asunto, y nunca estás solo en él. Abre tu corazón a Dios en estos momentos de estrés e inquietud.  Y la paz de Dios te acompañará (Efesios 2:14).