Devocional

La negatividad es como una hierba que nos roba la vitalidad que nos brinda el hecho de ser agradecidos, de tener pensamientos correctos y de decir solo palabras que edifiquen. La negatividad nunca sirve para edificar, para producir vida o para llegar a algo positivo; sólo puede servir al propósito de la destrucción. Dediquemos tiempo hoy a ver lo que la Biblia dice sobre la negatividad, a aprender cómo podemos detener su destrucción y a pedirle al Espíritu Santo que sea nuestro Ayudante para quitarla nuestras vidas. La Biblia habla muy duramente sobre el poder de una lengua desenfrenada. Santiago 3: 2-6 dice:

“Todos fallamos mucho. Si alguien nunca falla en lo que dice, es una persona perfecta, capaz también de controlar todo su cuerpo. Cuando ponemos freno en la boca de los caballos para que nos obedezcan, podemos controlar todo el animal. Fíjense también en los barcos. A pesar de ser tan grandes y de ser impulsados por fuertes vientos, se gobiernan por un pequeño timón a voluntad del piloto. Así también la lengua es un miembro muy pequeño del cuerpo, pero hace alarde de grandes hazañas. ¡Imagínense qué gran bosque se incendia con tan pequeña chispa! También la lengua es un fuego, un mundo de maldad. Siendo uno de nuestros órganos, contamina todo el cuerpo y, encendida por el infierno, prende a su vez fuego a todo el curso de la vida”.

La lengua es el timón que conduce a una vida de “maldad” o a una vida vivida en honor y obediencia a Dios. Proverbios 18:21 dice: “En la lengua hay poder de vida y muerte; quienes la aman comerán de su fruto”. Hablar negativamente produce un fruto de maldad, mientras que las palabras de agradecimiento y gracia producen vida. Proverbios 26:20 dice: “Sin leña se apaga el fuego; sin chismes se acaba el pleito”. Todos hemos experimentado los efectos nocivos de la calumnia. Si decidimos eliminar la negatividad, podemos eliminar las causas destructivas de la calumnia. También Proverbios 15:4 dice: “La lengua que brinda alivio es árbol de vida; la lengua insidiosa deprime el espíritu”.

¿Has experimentado el poder de la negatividad en tu propia vida? ¿Has visto cómo el hablar negativamente sobre una persona afecta tus sentimientos hacia ella? ¿Cómo el hablar negativamente de una situación afecta tu perspectiva del día? Ahora piensa en lo contrario. ¿Qué ocurre con tus emociones y perspectivas cuando hablas positivamente? ¿Cómo te sientes cuando expresas agradecimiento por tu vida en lugar de negatividad? Como aprendimos en Proverbios 15:4, “La lengua que brinda alivio es árbol de vida”. Cuando hablas de otros con amabilidad, verás que se produce vida no solo en ti, sino también en ellos. Cuando haces lo que está en el corazón de Dios, compartiendo su mensaje de amor, gracia y paz, el resultado es una fuente de vida.

La negatividad no es lo mismo que corregir cara a cara a quienes te rodean. La Biblia habla muy bien de la corrección motivada por el amor y necesitamos personas a nuestro alrededor que tengan el coraje y el amor para corregirnos cuando estamos equivocados. Sin embargo, no hay lugar para la negatividad en las vidas de los creyentes. ¡No la necesitas! No tienes que hablar negativamente sobre las personas y las situaciones. Siempre puedes elegir decir palabras de agradecimiento, gracia y amor. Piensa por un minuto en cómo sería tu vida sin la negatividad. ¿Cómo serían tus actitudes, emociones y perspectivas? ¿Disfrutarías más tu vida? ¿Los demás disfrutarían más de ti?

El Espíritu Santo está aquí para ayudarte a expresar gratitud en lugar de negatividad. Él siempre está buscando oportunidades para guiarte a una vida más llena de la abundancia y el disfrute de la justicia de Dios. Él es fiel para guiarte a una vida repleta de frutos vivida en obediencia a él. Dios nunca te dará una orden que no te ayudará a obedecer. Él no es un Dios que se recuesta y dispara reglas a su pueblo desde lejos. Él es un Dios que baja de su trono para morir y que te abre el camino para que vivas una vida mejor y llena de una relación restaurada con él. Escoge hoy el agradecimiento en lugar de la negatividad y libérate de aquello que te impide el experimentar la promesa de una vida abundante. Pasa tiempo con Dios hoy, permite que su amor y su gracia despierten agradecimiento dentro tuyo, y recibe la ayuda que viene de la guía del Espíritu Santo en tu vida.