Introducción

Perdonar a los demás es uno de los aspectos más difíciles e importantes de la vida cristiana. La Biblia claramente nos ordena perdonar; Dios anhela que seamos formados a su imagen para que podamos ser modelos del amor que se nos ha mostrado en un mundo que no conoce la misericordia. Anhela que ofrezcamos gracia y perdón a los que no lo merecen, así como se nos ofreció gracia y perdón cuando no lo merecíamos. Que puedas estar lleno de coraje y audacia para ofrecer el perdón a aquellos que necesitan desesperadamente la gracia, y que el amor de Dios brille a través de ti al ejercer tu llamado como ministro de reconciliación.

Pasaje Bíblico

“Sean compasivos, así como su Padre es compasivo. No juzguen, y no se les juzgará. No condenen, y no se les condenará. Perdonen, y se les perdonará”. Lucas 6:36-37

Adoración

Misericordia | Twice Música

TWICE MÚSICA – Misericordia (Video oficial)

Descargar “Misericordia” en iTunes, Spotify y másDescargar acordeshttps://bit.ly/2IeijSrDescargar letrahttps://bit.ly/38rE6kd¡El fiel amor del Señor nunca se…

Devocional

Estaríamos completamente perdidos si no fuera por la abundante misericordia de nuestro Padre celestial. Romanos 3:23-24 dice: “Pues todos han pecado y están privados de la gloria de Dios, pero por su gracia son justificados gratuitamente mediante la redención que Cristo Jesús efectuó”. Se nos ofrece el perdón total y completo de nuestros pecados porque Dios nos ama y tiene misericordia de nosotros. La misericordia de Dios nos otorga libertad y una relación restaurada que nunca podríamos alcanzar por nuestra cuenta. No somos justificados por nuestras propias obras o valor inherente, sino solo por la gracia.

La naturaleza del perdón es la misericordia. La Biblia nos dice en Lucas 6:36-37: “Sean compasivos, así como su Padre es compasivo. No juzguen, y no se les juzgará. No condenen, y no se les condenará. Perdonen, y se les perdonará”. Para que seamos misericordiosos con los demás debemos encontrarnos constantemente con la abundante misericordia de Dios hacia nosotros y reflexionar sobre ella. Cuando estábamos en nuestro nivel más bajo Dios nos encontró y nos ofreció una vida eterna y abundante en él. Cuando no teníamos la capacidad de alcanzar una posición correcta ante nuestro Creador, él se humilló, tomó la forma de un sirviente y murió por nuestro bien (Filipenses 2:8).

Fuiste salvado por el mayor acto de misericordia que el mundo jamás conocerá, y ahora tu Padre celestial te está pidiendo que compartas la gran misericordia que se te ha mostrado. Te está pidiendo que vivas a su semejanza, amando a los demás de la forma en que has sido amado. La Biblia nos ordena perdonar a los demás. Dios no nos da la opción. Colosenses 3:13 dice: “De modo que se toleren unos a otros y se perdonen si alguno tiene queja contra otro. Así como el Señor los perdonó, perdonen también ustedes”. Santiago 2:13 dice: Porque habrá un juicio sin compasión para el que actúe sin compasión. ¡La compasión triunfa en el juicio!”. Si vivimos sin perdonar, estamos viviendo fuera de la voluntad de Dios.

Dios sabe que el perdón es difícil; sabe que se necesita coraje y fuerza para ofrecer misericordia a quien no se la merece. Él pagó el precio más alto por nuestros pecados al enviar a Jesús a una muerte indigna y espantosa. Pero también conoce la alegría que viene de la reconciliación. Él sabe lo bueno que es haber borrado la pizarra y haber restablecido la relación con nosotros, y anhela que seas un ministro de reconciliación para todos los que te han lastimado. Anhela inundarte con su amor y misericordia en tal medida, que ofrecer a los demás misericordia y amor provenga del desbordamiento y no de tu propia fuerza. Él anhela llenarte de coraje y perspectiva para que puedas perdonar a aquellos que necesitan vislumbrar su misericordia y gracia.

Tómate un tiempo al entrar en una oración guiada para recibir el amor y la misericordia de tu Padre celestial. Permítele que te llene hasta el desbordamiento y sigue su guía mientras te da la gracia de perdonar a otros en obediencia y amor.

Guía de Oración

1. Medita en el perdón y la misericordia que se te ha mostrado en Cristo. Permite que la compasión que Dios tiene para ti te llene de compasión por los demás. Pídele a Dios que te dé su corazón por los demás mientras meditas en su palabra.

“Pero, cuando se manifestaron la bondad y el amor de Dios nuestro Salvador, él nos salvó, no por nuestras propias obras de justicia, sino por su misericordia. Nos salvó mediante el lavamiento de la regeneración y de la renovación por el Espíritu Santo, el cual fue derramado abundantemente sobre nosotros por medio de Jesucristo nuestro Salvador.  Así lo hizo para que, justificados por su gracia, llegáramos a ser herederos que abrigan la esperanza de recibir la vida eterna”. Tito 3:4-7

“Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor por nosotros, nos dio vida con Cristo, aun cuando estábamos muertos en pecados. ¡Por gracia ustedes han sido salvados! Y en unión con Cristo Jesús, Dios nos resucitó y nos hizo sentar con él en las regiones celestiales, para mostrar en los tiempos venideros la incomparable riqueza de su gracia, que por su bondad derramó sobre nosotros en Cristo Jesús”. Efesios 2:4-7

2. Ahora medita en el mandamiento de Dios de que perdones a los demás. Haz de la palabra de Dios el fundamento de tus acciones en lugar de tus propios deseos o temores. Dios siempre te guiará hacia lo que es absolutamente mejor para ti. Tienes que confiar en él, en su palabra y obedecer.

“Sean compasivos, así como su Padre es compasivo. No juzguen, y no se les juzgará. No condenen, y no se les condenará. Perdonen, y se les perdonará”. Lucas 6:36-37

“Pero vayan y aprendan qué significa esto: ‘Lo que pido de ustedes es misericordia y no sacrificios’. Porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores”. Mateo 9:13

“De modo que se toleren unos a otros y se perdonen si alguno tiene queja contra otro. Así como el Señor los perdonó, perdonen también ustedes”. Colosenses 3:12-13

3. Pídele al Espíritu Santo que te revele cualquier falta de perdón en tu corazón. Ya sea que la herida sea grande o pequeña, debes perdonar para que sane adecuadamente. Pídele a Dios que te dé valor para perdonar hoy.

Lectura Complementaria

Confiar y obedecer a Dios es fundamental para experimentar la vida plena por la que murió Jesús. Dios anhela guiarte en sus planes perfectos, él siempre te está guiando y pastoreando hacia la mejor vida que puedas tener. Pero él no puede llevarte si no lo sigues, no puede bendecirte si estás viviendo fuera de su voluntad. Comprométete a seguirlo dondequiera que él te guíe, ya sea que tengas ganas y que lo entiendas o no. Permite que el Espíritu Santo te guíe a un estilo de vida de perdón continuo para que puedas experimentar la vida abundante que Dios desea darte en una mayor profundidad.

Lectura Complementaria: Lucas 6 o ve el video de el Proyecto La Biblia en Lucas 1-9.