Introducción

En medio de esta serie sobre la renovación, hoy vamos a dejar espacio para que Dios renueve nuestro gozo. La alegría es algo en lo que a menudo lucho por caminar mientras dejo que las preocupaciones y las cargas de la vida me agobien. Pero cada mañana es una nueva oportunidad para venir ante nuestro Padre, entregarle nuestras preocupaciones y elegir nuevamente el camino de la alegría. Que Dios nos guíe hoy a una significativa renovación de gozo al poner nuestros ojos y corazones en él.

Pasaje Bíblico

“Devuélveme la alegría de tu salvación; que un espíritu obediente me sostenga”. Salmo 51:12

Adoración

Vida Tu Me Das | Hillsong Young & Free

Vida Tú Me Das (Audio) – Hillsong Young & Free

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Devocional

Cuando pienso en la palabra “alegría” a menudo me imagino la sonrisa sincera en la cara de un niño. Los niños tienen la capacidad de tener alegría simplemente por saber que son el deleite de sus padres. La alegría de un niño es diferente a todo lo que la mayoría de nosotros experimenta a medida que crecemos. Para la mayoría de nosotros, la verdadera alegría ha sido desplazada por las presiones y las responsabilidades. La alegría se vuelve relativa a las circunstancias de nuestras vidas. La mayoría de nosotros sentimos la presión de las finanzas, el trabajo, las relaciones e incluso el servicio a Dios de manera consistente, hasta el punto que la alegría es una búsqueda a la que casi hemos renunciado. Pero Dios tiene un mensaje y un plan para ti para una renovación de alegría constante e inquebrantable. Abramos nuestros corazones y mentes para sumergirnos en todo lo que Dios tiene reservado para nosotros a medida que pasamos tiempo encontrando su deseo de traernos alegría.

Nuestro gozo no es ser de este mundo, sino ser de Dios. El Salmo 16:11 dice: “Me has dado a conocer la senda de la vida; me llenarás de alegría en tu presencia, y de dicha eterna a tu derecha”. La plenitud de la alegría solo se encontrará en la presencia de Dios, ¡y la Biblia nos dice que la presencia de Dios está en todas partes! El Salmo 139:7-10 dice: “¿A dónde podría alejarme de tu Espíritu? ¿A dónde podría huir de tu presencia? Si subiera al cielo, allí estás tú; si tendiera mi lecho en el fondo del abismo, también estás allí. Si me elevara sobre las alas del alba, o me estableciera en los extremos del mar, aun allí tu mano me guiaría, ¡me sostendría tu mano derecha!”. Debido a que Dios está en todas partes y en su presencia hay plenitud de alegría, la alegría está disponible para ti las 24 horas del día, los 7 días de la semana. La Biblia nos enseña en Romanos 14:17 que “el reino de Dios no es cuestión de comidas o bebidas, sino de justicia, paz y alegría en el Espíritu Santo”. El señorío de Dios en nuestras vidas tiene que ver con “justicia, paz y alegría“. Nuestro Padre celestial desea que hoy tengas esos increíbles frutos del Espíritu. Él tiene un plan para guiarte hacia la alegría perfecta e inquebrantable. Pero para recibir el increíble regalo que tu Dios quiere darte hoy, tendrás que tomar la decisión de depositar tu esperanza y confianza en él.

La Biblia nos dice que nuestra alegría debe ser encontrada de todo corazón en Dios y no en el mundo. La alegría que nuestro Padre celestial anhela traernos está destinada a trascender cualquier cosa que este mundo pueda hacer por nosotros. Pero para que el deseo de Dios llegue a buen término en nuestras vidas, tenemos que depositar nuestra esperanza y confiar únicamente en él. El Salmo 33:21 dice: “En él se regocija nuestro corazón, porque confiamos en su santo nombre”. Romanos 15:13 dice: “Que el Dios de la esperanza los llene de toda alegría y paz a ustedes que creen en él, para que rebosen de esperanza por el poder del Espíritu Santo”. El lugar en donde depositamos nuestra confianza se convierte en el timón que guía nuestras emociones. Si tu confianza está puesta en tu trabajo, en las personas que están a tu alrededor, o en tus finanzas, estás construyendo una base para tu alegría que puede ser aplastada en cualquier momento. Pero si eliges hoy depositar tu confianza y esperanza en tu Señor Jesucristo, tendrás una base segura e inquebrantable, más allá de cualquier prueba o circunstancia que se te presente. De hecho, esas mismas pruebas que tuvieron el poder de destruir tu gozo, en Dios, se convertirán en otra fuente de ello.

Santiago 1:2-4 dice: “Hermanos míos, considérense muy dichosos cuando tengan que enfrentarse con diversas pruebas, pues ya saben que la prueba de su fe produce constancia. Y la constancia debe llevar a feliz término la obra, para que sean perfectos e íntegros, sin que les falte nada”. Cuando depositas tu esperanza y confianza en Dios, tus ojos se abren para ver la increíble obra que está haciendo en ti a través de todas y cada una de las circunstancias. Ya sea que tengas éxito en esta vida o no, tendrás alegría porque tu vida se vivirá totalmente en relación con Dios como primera prioridad. Cuando tu objetivo es ver el reino de Dios venir a la tierra, las circunstancias de tu trabajo y tus relaciones ya no tendrán el poder de sacudir tu alegría y satisfacción. Verás, el plan de Dios es redimir tu vida total y completamente. El plan de Dios es renovar tu alegría cada mañana mientras depositas tu esperanza y confías solo en él.

Pasa tiempo hoy con tu Padre celestial haciendo esto mismo. Reflexiona sobre tu vida y ve qué ha tenido la capacidad de sacudir tu alegría. Que tu alegría sea como la de un niño, que simplemente se deleita en el amor del Padre. Que seas “[fortalecido] en todo sentido con su glorioso poder. Así [perseverarás] con paciencia en toda situación” (Colosenses 1:11).

Guía de Oración

1. Medita en la alegría que Dios tiene para los que depositan su confianza en él.

“En él se regocija nuestro corazón, porque confiamos en su santo nombre”. Salmo 33:21

“Me has dado a conocer la senda de la vida; me llenarás de alegría en tu presencia, y de dicha eterna a tu derecha”. Salmo 16:11

2. Reflexiona sobre tu propia vida. ¿Qué cosa tiene el poder de robarte tu alegría? ¿Dónde has estado depositando tu confianza y esperanza?

3. Pon tu esperanza y confianza en tu Padre celestial. Elige darle tu corazón en lugar de dárselo al mundo. Haz de tu relación con él tu primera prioridad.

“Gran remedio es el corazón alegre, pero el ánimo decaído seca los huesos”. Proverbios 17:22

Lectura Complementaria

¡Qué increíble es el corazón de nuestro Dios que nos trae alegría consistente y constantemente! Tu Dios te ama tanto que nunca quiere que te quedes un día sin él. Él nunca quiere que tengas un momento sin su inquebrantable alegría. Jesús dijo en Juan 10:10: “El ladrón no viene más que a robar, matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia”. Experimenta la vida abundante que tu Dios te tiene preparada mientras vives tu vida en una búsqueda incondicional del gozo de tu Padre celestial, bueno y siempre presente.

Lectura Complementaria: Salmo 139