Devocional

El mundo está en una crisis de identidad. Con el auge mundial de las redes sociales e Internet, ahora podemos proyectarnos al mundo de cualquier forma que deseemos. Tenemos la opción de ser conocidos solo en parte por innumerables personas en lugar de ser realmente conocidos por unos pocos. Podemos intentar llenar un vacío en nuestras almas por el amor y la relación con el mundo en línea en lugar de ser plenamente conocidos en nuestras fortalezas y debilidades, nuestras mayores fallas y nuestros grandes éxitos. Necesitamos un despertar de la honestidad.

Tener un corazón honesto ante los hombres es el único camino para experimentar la verdadera liberación de las opiniones de los demás. Cuando trabajamos incansablemente para construir un falso yo para poder recibir la afirmación de los demás, nunca experimentamos realmente el amor. Para nuestro falso yo, el hecho de ser amados no es realmente amor porque constantemente pensamos: “Si realmente me conocieran, no me amarían”. Tenemos un enemigo que se dirige hacia la destrucción de nuestra mayor necesidad: ser verdaderamente amados. Y la exageración, las falsas proyecciones y las mentiras nos guían exactamente hacia donde nuestro enemigo nos quiere llevar: a un estilo de vida en el que nunca nos conocen de verdad y, por lo tanto, nunca nos aman por lo que somos.

A lo largo de la Biblia vemos que dondequiera que el Espíritu esté obrando, el resultado son los actos de confesión, el arrepentimiento y el hecho de que los demás realmente nos conozcan. Hechos 19:18 nos dice: “Muchos de los que habían creído llegaban ahora y confesaban públicamente sus prácticas malvadas”. Y Dios nos ordena en Colosenses 3:9: “Dejen de mentirse unos a otros, ahora que se han quitado el ropaje de la vieja naturaleza con sus vicios”. Verás, proyectar una mentira o exageración de nosotros mismos hacia los demás es declarar que valoramos la opinión del hombre más que la opinión de Dios. Cada vez que trabajamos para crear una mejor imagen de nosotros mismos, nos salimos de la gracia de Dios y trabajamos por el amor del hombre.

El camino para ser verdaderamente amado comienza con ser honesto ante Dios y los hombres; comienza con posicionarnos para ser verdaderamente amados por Dios. En su libro The Furious Longing of God (El Deseo Furioso de Dios), Brennan Manning describe lo que sucede cuando nos encontramos con el deseo furioso de Dios por nosotros. Él dice: “La alabanza de los demás no enviará tu espíritu hacia lo alto, ni sus críticas te hundirán en el pozo. Su rechazo puede enfermarte, pero no será una enfermedad que te lleve a la muerte”. Dios anhela liberarnos de la montaña rusa emocional de vivir para la afirmación de los hombres. Dios te ama donde estás, tal como eres. Ya no es necesario luchar por el afecto fugaz y opresivo de las personas. El Creador y Sustentador de todo el universo está esperándote para derramar un amor tan rico y verdadero que te liberará de la necesidad de buscar lo que el mundo tiene para ofrecerte.

Tómate un tiempo para orar y para meditar sobre la importancia de ser honesto con los que te rodean. Recibe el amor de Dios y sé lleno de valor para dejarte conocer tal como eres. Coloca tu corazón en un lugar en el que puedas ser verdaderamente amado por Dios y por los demás por lo que eres. Que hoy puedas experimentar el poder del amor verdadero y honesto.