Introducción
En el devocional de hoy, vamos a dedicar tiempo a reflexionar sobre lo digno que es Dios de recibir nuestra devoción. La vida es mejor cuando Dios está en el centro de todo nuestro ser y en el centro de nuestro corazón. Que hoy podamos dar a Dios nuestra auténtica devoción mientras nos tomamos tiempo para descubrir lo santo y digno que Él es.
Pasaje Bíblico
“Santo, santo, santo es el Señor Todopoderoso; toda la tierra está llena de su gloria”. Isaías 6:3
Adoración
Siempre te Alabarán | Majo Solís ft. Sabri y Oscar Solís
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Devocional
A lo largo de la Biblia vemos ejemplificado un poderoso principio: cuando vemos a Dios como realmente es, la respuesta natural es una devoción total y absoluta. Cuando Dios revela su gloria, amor, poder, santidad y esplendor, el observador responde con un compromiso y adoración absolutos. Creo que Dios se nos podría revelar hoy de maneras simples pero poderosas. Creo que él anhela que lo veamos como realmente es y que su principal deseo es nuestra devoción. Que hoy podamos ver a Dios cara a cara y ser transformados para siempre mediante una nueva revelación de este Dios que dejaría todo por relacionarse con nosotros.
Isaías 6 ejemplifica tanto una visión de Dios como una respuesta de devoción. Isaías tiene una visión de la majestad de Dios en el cielo. Él ve a Dios en su trono y escucha a los ángeles que declaran su santidad y esplendor diciendo: “Santo, santo, santo es el Señor Todopoderoso; toda la tierra está llena de su gloria” (Isaías 6:3). Y en respuesta a esta visión, Isaías 6:8 dice: “Entonces oí la voz del Señor que decía: ‘¿A quién enviaré? ¿Quién irá por nosotros?’. Y respondí: ‘Aquí estoy. ¡Envíame a mí!’”. Dios no pide tu devoción como lo hace el hombre. Él no le da un ultimátum o beneficios basados en transacciones. Se supone que la devoción a él es la respuesta natural de ver a Dios tal como es, porque es inherentemente digno de toda la devoción que podemos brindarle. Él es digno de nuestra lealtad porque es el Rey de reyes. Él es digno de nuestra obediencia porque su voluntad es tanto conocible como perfecta. Él es digno de nuestra adoración porque es el Dios todopoderoso a quien toda la creación ofrece alabanza incesante. Y él es digno de nuestro corazón porque es el Dios de amor y misericordia que nos ha creado para tener una relación con él.
Muy a menudo confundimos la misericordia y la gracia de Dios como oportunidades para seguir nuestro camino y volver a él cuando nos plazca o cuando necesitemos algo. Muy a menudo tratamos su amor como un opio para nuestros problemas en lugar de la base sobre la cual dedicamos nuestras vidas en humilde sumisión a él. Dios es paciente. Él es amable. Él nunca nos obligará ni nos manipulará para amarlo. Pero su paciencia, amabilidad y gentileza no cambian el hecho de que él es el Rey de reyes, el Señor de los señores y el Creador de todo, y que es digno y merecedor de nuestra incesante devoción.
Corre para encontrarte con tu Dios en el lugar secreto. Mira su rostro, observa a tu Dios amoroso y majestuoso. Él anhela revelarte su naturaleza. Él anhela que busques en sus profundidades y que te asombres por su maravilla y misterio. Pasa un tiempo en oración con tu amoroso Padre celestial y respondiendo a su naturaleza con tu amor, adoración y devoción.
Guía de Oración
1. Medita en la majestad, la santidad y el amor de Dios. Permite que la Biblia y el Espíritu Santo te guíen a un encuentro directo con el Dios vivo. Pídele a Dios que te revele su cercanía, santidad y amor de una manera fresca.
“El año de la muerte del rey Uzías, vi al Señor excelso y sublime, sentado en un trono; las orlas de su manto llenaban el templo. Por encima de él había serafines, cada uno de los cuales tenía seis alas: con dos de ellas se cubrían el rostro, con dos se cubrían los pies, y con dos volaban. Y se decían el uno al otro:
‘Santo, santo, santo es el Señor Todopoderoso;
toda la tierra está llena de su gloria’.
Al sonido de sus voces, se estremecieron los umbrales de las puertas y el templo se llenó de humo. Entonces grité: ‘¡Ay de mí, que estoy perdido! Soy un hombre de labios impuros y vivo en medio de un pueblo de labios blasfemos, ¡y no obstante mis ojos han visto al Rey, al Señor Todopoderoso!’
En ese momento voló hacia mí uno de los serafines. Traía en la mano una brasa que, con unas tenazas, había tomado del altar. Con ella me tocó los labios y me dijo: ‘Mira, esto ha tocado tus labios; tu maldad ha sido borrada, y tu pecado, perdonado’”. Isaías 6:1-7
“Yo soy el primero y el último; fuera de mí no hay otro dios”. Isaías 44:6
2. Pasa tiempo dándole gracias por ser quien es. Adórale a través de la acción de gracias.
“Den gracias al Señor, porque él es bueno; su gran amor perdura para siempre”. Salmo 107:1
“Así que ofrezcamos continuamente a Dios, por medio de Jesucristo, un sacrificio de alabanza, es decir, el fruto de los labios que confiesan su nombre”. Hebreos 13:15
“Cuán bueno, Señor, es darte gracias y entonar, oh Altísimo, salmos a tu nombre; proclamar tu gran amor por la mañana, y tu fidelidad por la noche, al son del decacordio y de la lira; al son del arpa y del salterio! Tú, Señor, me llenas de alegría con tus maravillas; por eso alabaré jubiloso las obras de tus manos. Oh Señor, ¡cuán imponentes son tus obras, y cuán profundos tus pensamientos!”. Salmo 92:1-5
3. Ahora ofrece a Dios tu devoción total en respuesta a lo que él es. Comprométete a seguir su guía y vivir tu vida en total obediencia a él a través de la ayuda del Espíritu Santo.
“Es más, todo lo considero pérdida por razón del incomparable valor de conocer a Cristo Jesús, mi Señor. Por él lo he perdido todo, y lo tengo por estiércol, a fin de ganar a Cristo”. Filipenses 3:8
“Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con todas tus fuerzas”. Deuteronomio 6:5
Lectura Complementaria
Que tu vida sea el ejemplo de un creyente enamorado de Dios. Que puedas ofrecerle a Dios todo el amor, la obediencia y la devoción que seas capaz de dar. Todo lo que Dios desea es tu corazón, anhela tenerte por entero. Él está completamente enfocado en la relación contigo y totalmente enamorado de ti. 2 Crónicas 16:9 dice: “El Señor recorre con su mirada toda la tierra, y está listo para ayudar a quienes le son fieles. Pero de ahora en adelante tendrás guerras, pues actuaste como un necio”. Dios te ayudará a vivir tu vida comprometido con él si le permites hacerlo. Recibe hoy la fuerza del Señor y responde a su amor con tu devoción.
Lectura Complementaria: Isaías 44 o ve el video de el Proyecto La Biblia en Isaías 40-66.