Devocional

A través de la vida de Jesús, Dios no solo ilustró su cercanía hacia la humanidad sino también su deseo de colaborar con nosotros en sus planes de redención para todos los pueblos, todas las generaciones y toda la creación. Dentro de ese deseo de asociarse con nosotros en la tierra se encuentra una promesa increíble que le hace a su pueblo: Dios promete compartir con nosotros el conocimiento de su voluntad. Un ejemplo increíble de Dios compartiendo su voluntad con su pueblo se muestra en Efesios 1:7-12

“En él tenemos la redención mediante su sangre, el perdón de nuestros pecados, conforme a las riquezas de la gracia que Dios nos dio en abundancia con toda sabiduría y entendimiento. Él nos hizo conocer el misterio de su voluntad conforme al buen propósito que de antemano estableció en Cristo, para llevarlo a cabo cuando se cumpliera el tiempo, esto es, reunir en él todas las cosas, tanto las del cielo como las de la tierra. En Cristo también fuimos hechos herederos, pues fuimos predestinados según el plan de aquel que hace todas las cosas conforme al designio de su voluntad, a fin de que nosotros, que ya hemos puesto nuestra esperanza en Cristo, seamos para alabanza de su gloria”. 

Pablo nos dice que a través de la muerte de Jesús, Dios le reveló a su pueblo el misterio de su voluntad. El sacrificio de Jesús nos habla del increíble plan de Dios para reconciliar consigo mismo todo lo que nos rodea. El plan de Dios establecido a lo largo de los siglos se reveló en las acciones de Jesús. Sin embargo las Escrituras no describen una única vez que en la que Dios reveló el misterio de su voluntad, por el contrario La Biblia es clara en el hecho de que Dios desea que su pueblo conozca su voluntad continuamente.

Romanos 12: 1-2 dice: “Por lo tanto, hermanos, tomando en cuenta la misericordia de Dios, les ruego que cada uno de ustedes, en adoración espiritual, ofrezca su cuerpo como sacrificio vivo, santo y agradable a Dios. No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente. Así podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta”. A través de la renovación de tu mente respecto de la verdad de Dios, te sitúas en la posición correcta para discernir continuamente la voluntad “buena, aceptable y perfecta” de Dios. ¡Qué sorprendente! Dios no solo quiere que conozcas su voluntad, sino que te ha dado una herramienta increíble para que lo puedas hacer renovando tu mente.

Tómate hoy el tiempo para buscar su voluntad a través de las Escrituras, escucha al Espíritu Santo y busca el consejo de aquellos que están en sintonía con el corazón de Dios. Permítele revelarte su voluntad en la forma que él desee. Pasa tiempo en su presencia dejándole revelarte los deseos de su corazón. Y alinéate con su fidelidad incesante que te hablará y te guiará a lo largo del día. Que hoy puedas discernir la voluntad “buena, aceptable y perfecta” de Dios mientras pasas un tiempo con la guía de oración.