Devocional

Leer la Biblia es una de las mejores indicaciones que tenemos y se desprende del intenso anhelo de Dios por ser conocido por su pueblo. Cada vez que abrimos la Biblia estamos viendo un milagro. Dios se nos ha revelado de una manera que está más allá de toda disputa y más allá de lo que pudiéramos pedir o imaginar. Dentro de las páginas de la Biblia vemos innumerables ejemplos de la gracia, el amor, la presencia, el poder y el deseo insondable de Dios de tener una relación restaurada con nosotros.

A menudo doy por sentado lo increíble que es tener la Biblia. Como crecí sabiendo que las Escrituras eran la palabra de Dios, siempre fue normal para mí. Nunca antes me había dado cuenta de que es una poderosa declaración del deseo de Dios de que yo lo conozca. Y nuestro Padre no solo nos dejó algunas palabras que dijo hace miles de años, sino que nos dio el Espíritu Santo para ayudarnos a entender y recibir revelación de la palabra.

Al leer la Biblia junto con el Espíritu Santo, podemos llegar a un entendimiento real y transformador del corazón de Dios. No se refuta lo que Dios dice en la Biblia. No se cuestiona si las palabras que estamos leyendo son verdaderas, importantes o aplicables.

Hebreos 4:12 dice: “Ciertamente, la palabra de Dios es viva y poderosa, y más cortante que cualquier espada de dos filos. Penetra hasta lo más profundo del alma y del espíritu, hasta la médula de los huesos, y juzga los pensamientos y las intenciones del corazón”. 2 Timoteo 3:16 dice: “Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir y para instruir en la justicia”. Y Romanos 15:4 dice: “De hecho, todo lo que se escribió en el pasado se escribió para enseñarnos, a fin de que, alentados por las Escrituras, perseveremos en mantener nuestra esperanza”.

Si hoy anhelas conocer el corazón de Dios, busca su palabra. Dios ha preservado la Biblia que tienes hoy con el propósito de revelarse a sí mismo. Cuando lo busques a través de la lectura de las Escrituras con la ayuda del Espíritu Santo, lo encontrarás. Que tu tiempo de oración guiada esté lleno de revelación y transformación a medida que el corazón de Dios te es revelado.